jueves, 12 de noviembre de 2015

Mejores amigos… ¿para siempre?
Mariana Ruiz Munive 2762444
La amistad siempre se ha relacionado con valores positivos como la solidaridad, el amor, el compañerismo, entre otros valores que nos dan herramientas, especialmente para socializar; pero ¿qué pasa cuando esa amistad no es tan sana como quisiéramos?¿qué pasa cuando una relación se transforma en algo negativo?
Algunos de nosotros hemos tenido ese amigo que no le cae bien a nuestros padres, nuestros otros amigos y a otras personas que nos rodean. Primeramente nos preguntamos “¿por qué no les agrada si es mi amigo?”, después de un tiempo simplemente pensamos que ellos no ven a esa persona como nosotros la vemos o quisiéramos que la vean.
Para una amistad destructiva se necesitan dos partes: aquella que siempre da apoyo incondicional para cualquier cosa y aquella otra que exige y no da nada a cambio. La doctora en sociología Jan Yager en 2002 realizó un estudio que concluyó con 21 tipos de amistades que debemos evitar:
·         El incumplidor de promesas
·         El que siempre pide algo y nunca lo devuelve
·         El contradictorio
·         El temerario (ilegal e imprudente)
·         El ególatra (está centrado en sí mismo)
·         El tramposo (miente o seduce a tu pareja)
·         El que traiciona tu confianza
·         El competitivo
·         El creído
·         El envidioso
·         El abusón
·         El terapeuta (analiza todo y siempre te da consejos incluso cuando no quieres)
·         El entrometido
·         El dominante (te controla y controla su amistad)
·         El guardián ( tiene que ser el que cuida de todos, no un igual)
·         El criticón y perfeccionista
·         El depresivo negativo
·         El disgustado por todo
·         El solitario
·          El imitador
Aquí también se podría incluir el ecosistema del bienestar, ya que dice que para ser feliz necesitamos entre otras cosas, relaciones positivas; así que cortar con cualquier tipo de relación como las anteriores, ante mi punto de vista, está completamente justificado ya que no invitan a nuestro desarrollo personal y sólo son destructivas en nuestra vida.
Jan también nos da lo que son los siete elementos para lograr identificar una amistad sana y positiva:
1.       Ponerse en el lugar del otro
2.       Escuchar activamente
3.       Recordar las fechas importantes y ponerse en contacto en esos momentos
4.       Mantener una comunicación frecuente y sincera
5.       Compartir momentos de alegría, diversión, confianza, gratitud, etc.
6.       Dedicar tiempo
7.       No abusar de esas amistades que siempre están ahí
Creo que los puntos anteriores son fundamentales y debemos de analizarlos con reciprocidad; tanto de nuestra parte como de la parte de la otra persona y es bueno identificar qué amistades son las que nos ayudan a ser mejores personas y cuales nos estancan en nuestro desarrollo.
Aún así, está en la naturaleza del ser humano negar lo que no nos gusta, por eso casi siempre ignoramos nuestros instintos cuando nos dicen que hay algo en un buen amigo que no conecta completamente en nuestras vías hasta que el problema se hace demasiado grande y nuestros ojos no lo pueden evitar.
Generalmente tardamos muchísimo tiempo en detectar una amistad destructiva; puede ser porque tengamos muchos años con esa persona, por los momentos que compartimos, porque estar con el/ella nos haga sentir bien… Por alguna razón, nuestra mente se niega a aceptar que esa amistad tan preciada es dañina para nosotros o simplemente ya no nos ayuda a seguir adelante con nuestras metas, se convierte en un obstáculo y el dicho “No hay peor ciego que aquel que no quiere ver” toma sentido.

En mi opinión  hay que escuchar a las personas que verdaderamente se interesan por nosotros y por nuestro bienestar, aquellos que nos impulsan a ser mejores, que sacan cosas positivas, hacerle caso a nuestros instintos cuando nos avisen que hay algo que no embona completamente con alguien y darnos cuenta de las señales que nos indican que una amistad podría ser una de las 21 amistades de las que nos debemos alejar. Hay que saber cuándo alejarse de alguien y cuando seguir con esa amistad. Debemos aprender a valorar este valor de la amistad y no tomarlo a la ligera, aprender cuando realmente llamar a alguien “amigo” o simplemente “conocido” porque la amistad nos puede llevar por muchos caminos en donde podremos tomar buenas o malas decisiones y es mejor saber que podemos confiar en la otra persona a un 100 % para que nos apoye a lo largo de nuestra vida porque un verdadero amigo es alguien que cree en ti incluso cuando tu dejas de creer en ti mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario